domingo, 17 de marzo de 2013

Balas de racimo

Me di cuenta que la vida iba en serio el mismo momento en que estuve a punto de perderla. EStaba tan cansada que casi pensar en cerrar los ojos y no abrirlos más se convertia en el único deseo de mi vida.Me conocía lo suficiente para ir directamente a golpear ese puento de equilibrio que una vez roto producia un estallido irreparable. Siempre me prometia no dejar nunca más que me hiciera bailar en un plato. Pero no conseguia cumplir mi promesa. Aquel dia cuando note su dedos fuertes en mi cuello, crei que todo habia llegado a su fin y sentí alivio. Todo se iba a acabar y no volveria a sentir aquel miedo ni aquellos escalosfrios. Cuando abrió la mano y volví a recuperar mi sentido, me derrumbe. Siempre me hacia sentir que aquello era culpa mia. y me dolia mas el haberme expuesto otra vez inutilmente creyendo que los días o dios o la sumisión le harian cambiar y ver. Nunca fue asi. No le mordian las horas, me mordian a mi. La memoria y la vida le fue poniendo una camisa de fuerza que le achicaba el cuerpo y ligeramente el miedo le envolvia. Pero ya nadie podria recuperar aquellas partes de mi inocencia que se convirtieron en astillas y se perdieron en el espacio y por el vagan buscandome sin advertir que ya no soy ni la sombra de lo que fuí.

2 comentarios:

  1. Nadie es una sombra..simplemente volucionamos con una mochila....
    besos maritina

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