martes, 4 de junio de 2013

Dos

Normalmente, yo que vivo contenta y con un acierto de paz razonable, siento que empuja desde dentro un destello de tristeza permanente. Y no soy triste, pero se recrea en mí una necesidad de interiorizar casi diaria. Alegría y tristeza pueden sembrarse y germinar en el mismo suelo y cada una da su fruto en el momento propio.El mismo sol las ilumina, la misma agua las riega, el mismo cuidado deposita sobre ellas su mirada agradecida. Y pueden convivir placidamente. Una ama en la otra lo que de diferente es y se valoran al unisono. La alegria le canta canciones de swing rápido y ligero y la tristeza entona fados y sonatas de luna. Siempre que no llegue el miedo, pasean tranquilas y yo diría que hasta felices y equilibradas.

2 comentarios:

  1. dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis....Pares eso es lo bueno, equilibrio....saludable entre el swing y el fado...

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  2. Agarra a la tristeza de los pelos y tenla controladita que la muy perra se hace la romántica con el fado y las sonatas a la luna y lo único que quiere es hacernos la vida imposible... Átala corto.

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